martes, 24 de febrero de 2009

No es un soneto

Pues no, esto no es un soneto. Me di cuenta ya que había acabado... chin.


Noche tras noche tu piel es la morada
Y es la noche. O rigen del aliento
Que sacó del tosco barro movimiento
E hizo vida que sin ti no es nada.

Día a día tu boca es entrada
Al recinto ajeno al sufrimiento;
El hogar feliz, hecho por aquel viento
Que supo bien mi nombre: Enamorada.

Abro de par en par tus tiernos ojos;
Me asomo desde ti; se ve la calle,
Pero sólo se divisan los despojos

Y el llanto gris que desciende al valle,
De la ciudad de techos y pisos rojos
Cuya salvación única es tu talle.

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